“Para tener una buena salud mental es necesario tener una vida digna”, destacó la jefa del Departamento de Salud Mental del Hospital San Juan Bautista

En el marco del Día Mundial de la Salud Mental, que se conmemora cada 10 de octubre, la licenciada y magíster Hilen Páez Flores, jefa del Departamento de Salud Mental del Hospital San Juan Bautista, reflexionó sobre la importancia de promover el bienestar emocional, derribar estigmas y garantizar condiciones de vida dignas como base para una buena salud mental.

Este año, la jornada se celebra bajo el lema “Compartimos vulnerabilidades”, una consigna propuesta por la Federación Mundial de Salud Mental para generar conciencia sobre los desafíos que enfrenta la salud mental y la necesidad de un abordaje empático y comunitario.

Todos los años, cada 10 de octubre, la ONU presenta un lema para sensibilizar sobre la salud mental en el mundo, que es importante recordar que, junto con las enfermedades crónicas, son la principal causa de muerte”, explicó Páez Flores. En este sentido, destacó las actividades desarrolladas durante la semana en el hospital, entre ellas talleres de arte, alfarería y una intervención teatral denominada “Fuga”, orientadas a visibilizar la importancia de hablar de salud mental como parte integral de la salud general.

La profesional subrayó que, a pesar de los avances, la estigmatización hacia las personas que buscan atención en salud mental sigue siendo una gran barrera. “Aún en 2025 se sigue pensando que quien se acerca a un servicio de salud mental está loco. Se pierde de vista que la salud mental es un proceso que puede atravesar cualquier ser humano. El lema ‘Compartimos vulnerabilidades’ apunta justamente a eso: la salud mental es parte de la salud y está profundamente ligada a la vulnerabilidad”, señaló.

Asimismo, Páez Flores remarcó el compromiso del hospital en brindar prestaciones interdisciplinarias y de calidad, que promuevan la inclusión y la reintegración comunitaria de los usuarios. “Todo el tiempo luchamos contra el aislamiento al que se cree que están destinadas las personas con padecimientos mentales”, afirmó.

También recordó que la Ley Nacional de Salud Mental —vigente desde 2010 y reglamentada en 2013— representa un gran avance, pero su efectividad depende de la correcta implementación y asignación presupuestaria. “Tal vez la dificultad no está en la ley, sino en su aplicación real, porque plantea dispositivos que aún no se han podido desarrollar plenamente”, explicó.

En un mensaje final, la licenciada resaltó: “Para tener una buena salud mental es necesario tener una vida digna, con acceso a vivienda, trabajo, salario justo y vínculos saludables. Esa es la base del bienestar emocional”.

Por último, advirtió que los servicios de salud mental se encuentran colapsados debido al impacto de factores sociales y económicos. “La salud mental no es ajena al contexto. La crisis económica, el aislamiento generado por la tecnología y la ruptura de los lazos sociales afectan profundamente la calidad de vida y sobrecargan los servicios”, concluyó.

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