Desde la Dirección Provincial de Políticas Asistenciales del Ministerio de Salud, la licenciada Silvia Herrera, trabajadora social, subrayó la necesidad de abordar el fenómeno del bullying desde una perspectiva integral, basada en la escucha activa, la contención emocional y el trabajo en red entre la familia, la escuela y la comunidad.
“Escuchar al niño es el primer paso para prevenir el bullying”, afirmó Herrera, quien remarcó que comprender el entorno de niñas, niños y adolescentes resulta esencial para identificar las causas que pueden derivar en conductas agresivas o violentas. “Es importante ubicar cuáles son los condicionantes que llevan al niño a ejercer esa manifestación y cómo se lo aborda tanto en el contexto familiar como escolar o comunitario”, explicó.
La profesional destacó que las conductas agresivas pueden ser una expresión repetida o aprendida que requiere atención temprana. “Podemos tener indicadores de alerta como el retraimiento o el aislamiento. Siempre es importante escuchar al niño primero, saber qué tiene para decir”, señaló.
En relación con la salud mental infantil, Herrera sostuvo que los adultos deben estar atentos a los signos de malestar emocional: “Nosotros como adultos a veces tenemos dificultades para afrontar los problemas cotidianos; imaginemos entonces qué pasa con los niños que no siempre pueden expresar lo que sienten en palabras”.
La licenciada hizo hincapié en la necesidad de dar espacio a la escucha y la intervención temprana cuando se detectan situaciones de acoso: “No debemos minimizarlo como algo propio de la edad. Es necesario hablar, generar talleres y fortalecer la autoestima de los niños, porque eso mejora los vínculos y reduce los comportamientos violentos”.
Asimismo, advirtió sobre el impacto de la virtualidad en la socialización: “Muchos niños están sobreconectados digitalmente, pero con poca interacción presencial. Por eso, es clave crear espacios de escucha activa y comprometida, sin juzgar, acompañando cada proceso con empatía”.
Finalmente, Herrera destacó que el abordaje del bullying debe ser integral y preventivo, con una mirada sensible hacia las infancias. “Escuchar, acompañar y fortalecer los lazos son acciones fundamentales para construir entornos más sanos y respetuosos para nuestros niños y adolescentes”, concluyó.