Un caso ocurrido en la capital catamarqueña volvió a poner en foco una modalidad delictiva en crecimiento: el uso de redes sociales y aplicaciones de mensajería para extorsionar y amenazar a las víctimas. Todo comenzó con el robo de un cachorro de raza y derivó en una maniobra de chantaje a través de WhatsApp.
La víctima, una joven de 23 años, denunció el hecho en la Comisaría Novena luego de recibir mensajes en los que desconocidos le exigían dinero a cambio de devolverle su mascota. Aprovechando el anonimato que ofrecen las plataformas digitales, los delincuentes jugaron con la angustia de la mujer para obtener un beneficio económico.
Tras la denuncia, la Policía de Catamarca inició una investigación y logró rastrear al presunto autor del hecho, un hombre de 27 años de apellido Mercado, quien fue aprehendido en la plaza del barrio Santa Marta. En el lugar, los efectivos recuperaron al cachorro y lo restituyeron a su dueña.
Fuentes policiales remarcaron que este tipo de delitos expone la crueldad y el aprovechamiento emocional de los delincuentes, que ya no necesitan armas ni presencia física para concretar un delito, sino que lo hacen desde un teléfono celular mediante amenazas y extorsiones.
La causa quedó en manos de la Fiscalía de Instrucción del distrito sur, que dispuso las medidas procesales correspondientes. Desde la fuerza se advirtió sobre el aumento de las estafas y chantajes digitales e instaron a los ciudadanos a denunciar cualquier intento de este tipo.
En tiempos donde la tecnología acelera la comunicación, también se convierte en un terreno fértil para la impunidad digital, obligando a redoblar las estrategias de prevención y seguridad en línea.