La historia del padre que recorrió 30 km en bicicleta para que su hijo pudiera jugar al fútbol

Santo David Morales, un trabajador de 44 años de Fiambalá, se convirtió en el protagonista de una conmovedora historia de amor paternal. Sin auto, sin moto y con recursos limitados, tomó su vieja bicicleta, cargó a su hijo Alexander Benjamín, de 9 años, y recorrió 30 kilómetros bajo el sol, ida y vuelta, para que el niño pudiera jugar en el Torneo Municipal Infantil.

Con solo una botella de agua en una bolsa de nylon y el corazón lleno de esperanza, Morales avanzó por caminos polvorientos, impulsado por un único deseo: que su hijo pudiera cumplir su sueño de jugar al fútbol.

En el camino, Denis Bayón, un exjugador de Primera, los encontró y, emocionado por el gesto, se detuvo para abrazarlos y regalarle su pantalón de fútbol a Alexander. “Ese padre ya ganó”, comentó con la voz quebrada por la emoción.

Aunque Alexander no levantó una copa ese día, se llevó algo mucho más valioso: el respeto y la admiración de toda una comunidad que reconoció el verdadero sentido del triunfo.

Porque más allá de los trofeos, las canchas grandes y los goles, hay historias que nos recuerdan que los sueños se construyen con amor y sacrificio, como el de un padre que nunca dejó de pedalear por su hijo.

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