Tailandia encendió las alarmas sanitarias tras confirmar un preocupante incremento de contagios por la variante ómicron XEC del coronavirus, que se propaga hasta siete veces más rápido que la gripe común. Solo entre el 11 y el 17 de mayo, se reportaron más de 33.000 casos en la capital, Bangkok, y dos muertes, según datos oficiales del Departamento de Control de Enfermedades.
En total, desde el comienzo de 2025, el país ya suma más de 71.000 contagios y 19 fallecimientos relacionados con esta cepa, lo que llevó al gobierno a reforzar las medidas preventivas.
La variante ómicron XEC presenta síntomas similares a los del virus original detectado en 2019, aunque en la mayoría de los casos son menos graves que los de otras variantes como la Delta. No obstante, el riesgo de hospitalización y muerte sigue presente, especialmente en personas con comorbilidades o sin esquema completo de vacunación.
Desde el Ministerio de Salud de Tailandia remarcaron la alta velocidad de transmisión del virus y recomendaron reducir la circulación, usar barbijos en espacios cerrados, completar los esquemas de vacunación y reforzar la higiene personal.
El gobierno encabezado por la primera ministra Paetongtarn Shinawatra pidió extremar los cuidados en todo el país, especialmente en las zonas urbanas más densamente pobladas, como Bangkok, donde el número de infectados crece de forma acelerada.
Las autoridades siguen de cerca la evolución del brote, aunque por el momento no se anunciaron restricciones de movilidad generalizadas ni cierres obligatorios, pero sí se intensificaron los controles en hospitales y centros educativos.