Un estudio reciente del proyecto Apostar No Es Un Juego, llevado adelante por universidades nacionales, encendió las alarmas: el 40% de los jóvenes argentinos apuesta o ha apostado dinero en plataformas online. La investigación, que relevó a más de 9.000 adolescentes, muestra que esta práctica, potenciada durante la pandemia por el aislamiento y la hiperconectividad, crece de forma sostenida y preocupante.
El informe también señala que tres de cada cuatro jóvenes apuestan hasta dos horas por día, y que un 30% de ellos sufre ansiedad o estrés si no puede hacerlo. La facilidad de acceso a través de celulares y computadoras personales es uno de los principales factores que alimentan esta tendencia.

Frente al avance de la ludopatía infantil, la Cámara de Diputados de la Nación dio media sanción en noviembre de 2024 a un proyecto de ley que busca regular la publicidad, patrocinio y promoción de las apuestas online. Entre otros puntos, el texto legislativo prohíbe que las casas de apuestas auspicien a clubes deportivos o deportistas individuales, y limita su presencia en estadios.
Organizaciones como Jugadores Anónimos alertan sobre el impacto que estas plataformas tienen en los adolescentes. “En seis meses, el deterioro es total”, advirtió Miriam B., una jugadora en recuperación. En tanto, escuelas de todo el país comienzan a recibir cada vez más consultas y pedidos de asistencia por parte de familias que detectan conductas compulsivas en sus hijos.

Especialistas coinciden en que el fenómeno demanda una respuesta urgente del Estado, las instituciones educativas y la sociedad en su conjunto, ante una problemática que, hasta hace pocos años, era casi inexistente en las infancias y adolescencias argentinas.