¿Revolución en la suplementación? Qué son los parches de vitaminas y por qué ganan terreno frente a las pastillas

Una nueva tendencia en el mundo de la salud y el bienestar empieza a ganar protagonismo: los parches vitamínicos. Estos adhesivos transdérmicos se colocan directamente sobre la piel y prometen liberar nutrientes esenciales al organismo sin necesidad de ingerir cápsulas o comprimidos.

Inspirados en tecnologías utilizadas previamente en parches de nicotina o anticonceptivos, estos dispositivos evolucionaron para entregar vitaminas, suplementos energéticos e incluso compuestos que influyen en el estado de ánimo. Sus ventajas radican en la comodidad, la absorción directa en el torrente sanguíneo y la omisión del tránsito por el sistema digestivo.

¿Cómo funcionan estos adhesivos?

Según explica la médica dermatóloga Wanda Sabrina Stilman (M.N. 125379), estos parches utilizan un sistema de administración transdérmica que libera gradualmente los nutrientes en la sangre, a través de zonas estratégicas del cuerpo donde las venas están más cercanas a la superficie de la piel.

“Una de las principales ventajas es que se evita la metabolización hepática y gástrica, lo que podría preservar la eficacia de ciertos nutrientes liposolubles como las vitaminas A, D, E y K”, explicó Stilman. Además, muchas cápsulas pierden parte de su contenido activo en el proceso digestivo, por lo que los parches pueden resultar una opción más efectiva para determinadas personas.

Crecimiento del mercado y debates científicos

De acuerdo a datos de BCC Publishing, el mercado global de parches transdérmicos pasará de generar 6700 millones de dólares en 2022 a 8800 millones en 2027, con un crecimiento sostenido del 5,6% anual. Esta cifra refleja el creciente interés por alternativas de suplementación más accesibles y menos invasivas.

Sin embargo, no todo es certeza. La comunidad científica mantiene una postura cautelosa. Si bien existen estudios preliminares que respaldan la eficacia de algunos compuestos administrados por esta vía —como la vitamina D, que naturalmente se sintetiza en la piel—, aún no hay consenso sobre la absorción total ni sobre la capacidad de alcanzar dosis terapéuticas adecuadas.

Una investigación publicada en BMJ Nutrition, Prevention & Health reveló un aumento en los niveles sanguíneos de vitamina D tras ocho semanas de uso en adultos sanos. Por otro lado, un estudio piloto con pacientes post cirugía bariátrica detectó mejoras en los niveles de vitaminas D y B6, aunque no en todos los casos se alcanzaron los valores esperados.

Una alternativa útil para ciertos grupos

Para Stilman, los parches son una solución prometedora especialmente para pacientes que tienen dificultades para tragar pastillas, olvidan sus tomas o requieren suplementación constante, como ocurre en algunos cuadros postoperatorios o en personas con dificultades de absorción intestinal.

“Aún queda camino por recorrer en materia de investigación clínica. No obstante, para muchos usuarios pueden representar una forma cómoda, no invasiva y continua de recibir nutrientes esenciales”, concluyó la especialista.

En un contexto donde la industria del bienestar sigue creciendo y diversificándose, los parches vitamínicos podrían convertirse en una alternativa viable, siempre y cuando se utilicen con asesoramiento médico adecuado y se desarrollen más estudios que avalen su eficacia.

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