Una tragedia aérea sacudió este jueves a la región de Amur, en el Lejano Oriente de Rusia, cuando un avión modelo Antonov An-24, operado por Angara Airlines, se precipitó a tierra con 49 personas a bordo —43 pasajeros y 6 tripulantes—. Las autoridades confirmaron que no se hallaron sobrevivientes.
El hecho ocurrió en una zona remota, lo que dificultó las tareas de búsqueda luego de que la aeronave desapareciera sorpresivamente del radar. Un helicóptero Mi-8 que participaba del operativo de rescate logró localizar el fuselaje en llamas. Desde la Oficina de Prensa del Ministerio para Situaciones de Emergencia informaron que, desde el aire, no se observaron señales de vida, por lo que los equipos de emergencia avanzan ahora con tareas por tierra para continuar la investigación.
El avión se dirigía desde Blagovéshchensk hacia el aeropuerto de Tynda. De acuerdo con medios locales, la aeronave habría realizado un segundo intento de aproximación antes de perder contacto, aunque no se ha confirmado si llegó a emitir alguna señal de emergencia.
El Antonov An-24 es un modelo soviético diseñado en los años 60, aún en uso para vuelos regionales en Rusia y otras exrepúblicas. Si bien se fabricaron más de 1.000 unidades, en los últimos años se han reportado incidentes recurrentes que han puesto en duda su fiabilidad y condiciones de seguridad operacional.
Las autoridades rusas mantienen abiertas todas las líneas de investigación, incluyendo una posible falla técnica o condiciones meteorológicas adversas. El caso continúa en etapa de análisis mientras se despliega un operativo especial en el área del impacto, caracterizada por su geografía hostil e inaccesible.
