En una noche cargada de emociones y polémicas, Boca Juniors se despidió de la Copa Argentina tras caer 2-1 ante Atlético Tucumán en el estadio Único Madre de Ciudades, en Santiago del Estero. El Xeneize, dirigido por Miguel Ángel Russo, no logró desplegar su juego y quedó eliminado en la instancia de 16avos de final, generando una fuerte decepción entre sus hinchas y dejando interrogantes sobre el futuro deportivo del equipo.
Un planteo ambicioso, pero sin resultados
Miguel Ángel Russo apostó por una renovación táctica y de nombres para este compromiso: cambió el esquema a un 4-3-1-2 y confió el mediocampo a Leandro Paredes, Williams Alarcón y Malcom Braida. En defensa, la gran novedad fue el regreso de Frank Fabra, quien volvió a ser titular tras seis meses y ocupó el lateral izquierdo, acompañado por Marco Pellegrino, Rodrigo Battaglia y Juan Barinaga.

El equipo mostró intenciones de dominar desde el inicio, pero rápidamente se vio envuelto en controversias. Apenas comenzado el partido, Paredes protagonizó una dura infracción sobre Mateo Coronel, delantero del Decano. El pisotón desde atrás generó fuertes reclamos desde el banco tucumano, quienes exigieron tarjeta roja, pero el árbitro Hernán Mastrángelo ni siquiera sancionó la jugada con amarilla. La ausencia de VAR en la competición volvió a ser motivo de debate.
Atlético Tucumán aprovechó sus momentos
El conjunto dirigido por Lucas Pusineri se plantó con inteligencia y aprovechó sus chances. El primer gol llegó a los 20 minutos del segundo tiempo, cuando Clever Ferreira capturó un rebote en el área y definió con frialdad para abrir el marcador.
Diez minutos después, tras un contraataque bien ejecutado, Leandro Díaz quedó mano a mano con el arquero Agustín Marchesín, que logró contener el remate. Sin embargo, el rebote cayó en los pies de Mateo Bajamich, quien conectó una volea fulminante para el 2-0. Boca, sin reacción, se mostró apático y falto de ideas.
Descuento agónico y sin consuelo
Ya con el partido sentenciado, Edinson Cavani empujó un rebote cedido por Matías Mansilla tras una destacada jugada individual de Miguel Merentiel. El gol sirvió solo para decorar el marcador y no alcanzó para modificar el destino del Xeneize.

¿Y ahora qué?
El golpe deportivo obliga a Boca a concentrarse exclusivamente en el Torneo Clausura, su única competencia restante en el año. El resultado también pone en tela de juicio el rendimiento del equipo y las decisiones tácticas de Russo, en un momento donde las expectativas eran altas tras varios refuerzos y el regreso de nombres históricos.
Por su parte, Atlético Tucumán sigue firme en el certamen y enfrentará a Newell’s en la próxima fase, con ilusión renovada y el impulso anímico de una victoria resonante.