Un estudio realizado por científicos del CONICET reveló que las lámparas utilizadas para el secado de esmaltes semipermanentes pueden provocar alteraciones químicas en la piel, incluso cuando se trata de modelos LED modernos. El trabajo fue publicado en la revista Chemical Research in Toxicology y encendió una señal de alarma sobre el uso frecuente y sin advertencias claras de estos dispositivos, muy populares en tratamientos de manicura casera.
La investigación, iniciada hace cuatro años por la docente e investigadora María Laura Dántola (INIFTA, CONICET-UNLP), se centró en la exposición de la piel a la radiación ultravioleta (UV) emitida por estas lámparas. Junto a un equipo de colegas, Dántola demostró que incluso una breve exposición de cuatro minutos —el tiempo típico de uso en una sesión de esmaltado— puede modificar moléculas esenciales en la piel, como la enzima tirosinasa, que participa en la producción de melanina.
“Comprobamos que hay cambios funcionales en proteínas clave. Estas alteraciones pueden generar desde reacciones alérgicas o tóxicas hasta aumentar el riesgo de cáncer de piel”, explicó la investigadora Mariana Serrano. El también autor del estudio, Gabriel Vignoni, comparó los efectos observados con los de la exposición al sol en su punto máximo, como al mediodía en primavera en La Plata.
Pese a tratarse de productos de venta libre y de uso doméstico, los investigadores advierten que los manuales no incluyen advertencias sobre estos posibles efectos. Por eso, llaman a una mayor regulación y a informar a los usuarios sobre los riesgos.
Finalmente, recomiendan adoptar medidas preventivas, como el uso de protector solar en las manos o guantes especiales que dejen solo las uñas expuestas durante el uso de las lámparas.