«Vamos a hacer la cancha, papá». La frase, lanzada sin rodeos desde las oficinas de la Bombonera, confirmaron a un diario deportivo lo que hasta ahora era un secreto a voces: la gestión encabezada por Juan Román Riquelme ha tomado la decisión de avanzar con la tan esperada ampliación del estadio Alberto J. Armando. El proyecto, llevado con estricta reserva, ya está en marcha y tiene una fecha tentativa de inicio para su última etapa: diciembre de este año.
Lejos de tratarse de un anuncio aislado, el club ya viene ejecutando una serie de obras clave en el estadio y sus inmediaciones, que forman parte de un plan integral de modernización. En total, son unas 30 intervenciones —accesos, iluminación, playones, oficinas, baños y pasillos internos— que anticipan la ampliación definitiva y buscan minimizar el impacto en la localía durante el proceso.
“Cada obra es parte de la ampliación, después será la frutilla del postre”, explicó recientemente el secretario general del club, Ricardo Rosica. Estas mejoras forman parte de una estrategia para poner a punto el entorno del estadio, eliminando estructuras de concreto innecesarias y abriendo el espacio hacia un diseño más moderno, en línea con los grandes estadios del mundo, pero manteniendo la particularidad de estar enclavado en el corazón de un barrio densamente poblado como La Boca.
La fase más significativa del proyecto comenzará por la icónica fachada de Brandsen 805 y contempla la incorporación de elementos modernos que, según se anticipó, incluirán la integración del Hard Rock como parte del nuevo diseño. La reconocida marca internacional ya tiene presencia en varios estadios del mundo y su llegada podría ir más allá de una simple concesión comercial.
La fecha de inicio para esta etapa crucial está prevista para el cierre de la competencia anual, posiblemente tras una hipotética semifinal del Torneo Clausura en la primera semana de diciembre. La finalización e inauguración de la obra se proyecta para enero, justo antes del arranque de la temporada 2026 del fútbol local.
Con este ambicioso plan, Boca Juniors no solo apunta a modernizar su estadio, sino también a reafirmar el sentido de pertenencia y orgullo de sus hinchas, manteniendo viva la esencia de La Bombonera mientras la proyecta al futuro.
