Catamarca volvió a movilizarse en defensa de la universidad pública. En la tarde de ayer, docentes, estudiantes, autoridades de la Universidad Nacional de Catamarca (UNCA), junto a legisladores opositores y oficialistas, participaron de la Marcha Federal Universitaria, que tuvo réplicas en todo el país contra el veto del presidente Javier Milei a la Ley de Financiamiento Universitario.
Si bien la convocatoria local reunió a cientos de personas, no alcanzó la magnitud de las movilizaciones anteriores, aquellas que acompañaron el debate inicial en el Congreso. La presencia institucional y política fue marcada: el rector Oscar Arellano y la vicerrectora Elina Silvera de Buenader encabezaron la columna junto a decanos, autoridades académicas, agrupaciones estudiantiles y gremios docentes. Desde la Plaza del Maestro, pasadas las 17.00, la marcha avanzó hasta el edificio central de la UNCA, donde realizaron un abrazo simbólico como gesto de defensa frente al ajuste presupuestario.
En la primera fila se desplegó un gran cartel negro con letras blancas que resumía el reclamo: “En defensa de la salud y la educación pública”. El mensaje conectó la protesta local con los debates que se desarrollaban en Diputados de la Nación, donde se discutían los rechazos al financiamiento del Hospital Garrahan y de las universidades. La manifestación también incluyó críticas locales: algunos estudiantes portaban pancartas dirigidas a la diputada Silvana Carrizo con mensajes como “Te reformaste por una octava banca, radical traidora”.
Durante el acto frente a la sede universitaria, el rector Arellano leyó un documento emitido por el Consejo Interuniversitario Nacional, donde se advirtió que la falta de compromiso del Gobierno nacional pone en riesgo la continuidad de miles de estudiantes. “La crisis del financiamiento parece no tener fin y, si no se revierte a tiempo, será terminal”, expresó. También señaló que la reducción salarial aplicada al sector público impacta de manera “particular y feroz” en las universidades.
Arellano advirtió además que “el ajuste que sufren las universidades y organismos de ciencia no solo compromete el presente, sino que implica una pérdida estructural de capacidades que llevará años recomponer si no se revierte de inmediato”. Finalmente, pidió a los senadores nacionales que también rechacen el veto presidencial.