Una profunda conmoción atraviesa a la provincia de Tucumán tras la muerte de un niño de 10 años, ocurrida este lunes cerca de las 6.30 en una vivienda ubicada en el pasaje Paraguay al 100, en San Miguel de Tucumán. La Justicia investiga si el presunto autor del hecho es un adolescente de 16 años, amigo de la víctima, quien había pasado la noche en el lugar.
De acuerdo con las primeras informaciones, ambos menores convivían momentáneamente en el domicilio donde la víctima residía junto a sus hermanos —todos huérfanos— bajo el cuidado de familiares. Por motivos que aún se analizan, una discusión entre los dos jóvenes habría desencadenado el trágico desenlace.
Tras el episodio, el adolescente se retiró del domicilio, llegó llorando a su casa y le dijo a su madre que “se había mandado una macana”, antes de volver a salir. Horas más tarde fue aprehendido y trasladado al Centro de Admisión y Derivación, donde permanece alojado a disposición de la Justicia.
La hermana del joven aseguró que no se trataba de una persona violenta, aunque sí mencionó que el chico atravesaba episodios en los que “se sentía mal” y prefería aislarse o salir a caminar. Negó que estuviera bajo tratamiento médico, pero reconoció que estas situaciones eran frecuentes y que la familia no había tomado dimensión de su gravedad. También sostuvo que el adolescente veía al niño fallecido “como un hermanito”.
Un punto que llamó la atención de los investigadores es que el propio acusado llamó al 911 para informar que su amigo “había muerto”, aunque sin admitir participación en el hecho. Para los investigadores, este comportamiento podría interpretarse como un intento de desviar sospechas.
La Fiscalía trabaja ahora para determinar las causas de la pelea y si el joven atravesó un brote psicótico u otro tipo de episodio. Además, se evaluarán factores familiares, psicológicos y médicos que pudieran haber influido en su accionar. Debido a su edad, todas las medidas aplicadas se ajustarán al régimen penal juvenil.
La investigación continúa avanzando con pericias psicológicas, psiquiátricas y criminalísticas, que serán determinantes para esclarecer lo sucedido y definir eventuales responsabilidades.







