El mercado de créditos hipotecarios en Argentina atraviesa un período de fuertes cambios. Desde fines de 2024, al menos 12 bancos han incrementado las tasas de interés de sus préstamos, generando un impacto directo en el valor de las cuotas y en el acceso a la vivienda propia.
Este escenario plantea una pregunta clave para muchas familias:
¿Es más conveniente pagar una cuota hipotecaria o seguir alquilando?
Subas constantes y menor acceso
Desde noviembre del año pasado, los créditos UVA (Unidad de Valor Adquisitivo) han visto tres o incluso cuatro ajustes de tasas en varias entidades financieras. Aunque este sistema está indexado por inflación (a través del índice CER), el encarecimiento de las tasas hace que la cuota inicial aumente considerablemente, reduciendo así el número de personas con capacidad real de acceso.
Las entidades bancarias suelen exigir que la cuota inicial no supere entre el 25% y el 30% del ingreso familiar. Por lo tanto, cuanto más alta es la tasa, mayor ingreso debe demostrar el solicitante, lo que puede excluir a muchos potenciales compradores o forzarlos a buscar propiedades más chicas o en zonas menos costosas.
¿Cuota o alquiler?
En este contexto, la comparación entre el valor de la cuota y el del alquiler mensual se vuelve un factor decisivo. Sin embargo, con la escalada de tasas, las cuotas de los créditos hipotecarios empiezan a alejarse de los valores actuales de los alquileres, lo que puede inclinar la balanza a favor de seguir arrendando, al menos en el corto plazo.
¿Qué conviene hoy?
La respuesta no es única: dependerá del perfil del comprador, su capacidad de ahorro, estabilidad laboral y expectativas a futuro. Pero con el encarecimiento de los préstamos y la incertidumbre económica, muchos expertos recomiendan analizar con cautela antes de embarcarse en un crédito hipotecario.