La industria argentina atraviesa una crisis profunda, con indicadores que reflejan el impacto del ajuste económico sobre la actividad productiva y el empleo.
Según datos oficiales, el uso de la capacidad instalada cayó al 61%, el nivel más bajo desde 2002. Sectores sensibles como el textil operan por debajo del 33% de su capacidad, lo que deriva en paradas de planta, reducción de márgenes y cierres definitivos.
Entre noviembre de 2023 y septiembre de 2025, cerraron 19.114 empresas en el país, de acuerdo a estadísticas de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo. Esta situación provocó la pérdida de más de 264.000 puestos de trabajo registrados, lo que equivale a 29 empresas por día, 1,2 cierres por hora y 394 empleos formales perdidos diariamente.
En los últimos cuatro meses relevados, el empleo asalariado del sector privado acumuló una caída de 49.000 puestos, confirmando una tendencia sostenida de despidos y cierres.
Los sectores más afectados son la construcción, la industria manufacturera y el comercio, impactados por la paralización de la obra pública, la apertura de importaciones y el encarecimiento del crédito.
Desde la Unión Industrial Argentina (UIA) advirtieron que casi la mitad de las industrias tiene dificultades para cumplir con sus obligaciones, especialmente salarios, impuestos y pagos a proveedores. Las pymes aparecen como las más golpeadas por la falta de financiamiento y la caída del consumo interno.
