Desindustrialización acelerada: cierran 30 empresas por día y se profundiza la destrucción de empleo formal en Argentina

La crisis industrial en Argentina se intensificó desde finales de 2023, con un proceso de desindustrialización que golpea de lleno al empleo y a la estructura productiva del país. Bajo la gestión de Javier Milei, el cierre de empresas se volvió una constante: entre noviembre de 2023 y agosto de 2025 desaparecieron 19.164 unidades productivas, lo que equivale a un promedio de casi 30 firmas por día. En paralelo, se destruyeron 276.000 puestos de trabajo registrados, según datos de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT) analizados por el Centro de Economía Política Argentina (CEPA).

La combinación de caída del consumo, apertura importadora y derrumbe de la demanda interna está configurando un mercado laboral marcado por la precarización, el retroceso del empleo formal y el crecimiento de trabajos informales o temporarios.

Si se extrapola el ritmo del cierre de empresas, desde el triunfo de Milei en el balotaje la economía experimenta la pérdida de 432 empleos formales por día, reflejando un deterioro sostenido en el tejido productivo, particularmente entre las pymes orientadas al mercado interno.

Pymes en retroceso y desplome de la demanda

Un relevamiento del Instituto Interdisciplinario de Economía Política de la UBA, basado en datos del SIPA, confirmó que solo en agosto de 2024 el empleo asalariado formal cayó en 33.000 puestos. El acumulado entre noviembre de 2023 y agosto de 2024 alcanza las 224.000 desvinculaciones.

El economista Nicolás Taiariol explicó que la caída se vincula directamente con la contracción del consumo: “El Gobierno redujo el poder de compra, no impulsó aumentos salariales y ajustó jubilaciones. En ese contexto, la recuperación es inviable”. Según detalló, los cierres afectan a sectores como logística, comercio, construcción, servicios profesionales y administración pública, altamente dependientes de la demanda local.

Si bien el impacto debería reflejarse de inmediato en los indicadores de desempleo, Taiariol advirtió que “crecen las changas y el empleo informal”, lo que distorsiona las estadísticas sin ocultar la crisis real.

Más precarización y caída del empleo de calidad

Un estudio de Cifra-CTA reveló un aumento de 338.800 trabajadores no asalariados en dos años, cifra que representa un crecimiento del 5,9%. Esta migración hacia empleos no registrados o ultra precarios se evidenció en casos como el de Whirlpool, donde trabajadores despedidos buscaban alternativas en aplicaciones de transporte o delivery.

La consultora Synopsis detectó que el 29,8% de los argentinos identifica a la falta de trabajo como el mayor problema del país, seguida por la corrupción, la inseguridad y la inflación. En este escenario, el especialista en mercado laboral Matías Ghidini sostuvo que “el mercado está trabado, en retroceso”, mientras que Federico Machado, de Consultora Open, alertó que “vamos hacia un nivel de desempleo mayor al de los últimos años”.

En este contexto, las áreas que podrían crecer —energía, minería, agro y servicios— no alcanzan para compensar el derrumbe del empleo industrial.

“Un camino de desindustrialización sin horizonte”

El presidente de APYME, Julián Moreno, afirmó que “el resultado de las urnas confirmó un camino de recesión y desindustrialización en todas las actividades vinculadas al mercado interno”. Según su análisis, las decisiones empresariales se basan en la “estabilización de la recesión” promovida por el Gobierno, lo que se traduce en más cierres y despidos sin un horizonte alternativo: “Es lamentable”.

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