Un violento episodio de inseguridad conmocionó ayer a la tarde a la zona sur de la ciudad, donde una docente de 40 años fue apuñalada seis veces por un motochorro que intentó robarle el celular mientras ella caminaba por la vía pública. La rápida intervención policial permitió la detención del sospechoso, un joven de apellido Castro, de 22 años, y el secuestro del arma blanca que habría sido utilizada.
Según indicaron fuentes policiales y judiciales, un llamado al SAE 911 alertó sobre un grave hecho en la calle Bonifacio Cobacho, entre Juana de Ibarbourou y Ramón Ahumada. Efectivos de la Comisaría Novena acudieron en apoyo a sus pares de la Comisaría Décima y encontraron a la víctima gravemente herida sobre la vereda.
La mujer relató que mientras caminaba fue sorprendida desde atrás por un motociclista que intentó arrebatarle sus pertenencias. Al resistirse, el delincuente reaccionó de manera extremadamente violenta y comenzó a apuñalarla en distintas partes del cuerpo. Tras los gritos de auxilio de la víctima, el agresor huyó dejándola herida en la calzada.
Como consecuencia del ataque, la docente sufrió múltiples lesiones punzocortantes. Fue asistida en un primer momento en el hospital Carlos Bravo y luego derivada al San Juan Bautista para una atención más compleja. En principio, las heridas no comprometerían su vida.
Antes de ser trasladada, la mujer alcanzó a describir las características del atacante, dato clave para que las patrullas de la zona montaran un operativo cerrojo. Minutos después, personal motorizado del COEM-Kappa localizó al sospechoso en la intersección de las avenidas Gobernador Ramón Correa y Capital Federal.
El joven de apellido Castro fue aprehendido y, durante la requisa, los efectivos hallaron entre sus prendas un cuchillo tipo tramontina que habría sido empleado en el ataque, además de la motocicleta Motomel Blitz 110 en la que se desplazaba. Ambos elementos quedaron secuestrados.
Finalmente, el detenido fue trasladado a la Comisaría Sexta, donde quedó alojado a disposición de la Fiscalía en turno. En paralelo, los peritos realizaron tareas en la escena del hecho, mientras que la víctima debía prestar declaración una vez estabilizada.
