El delantero de Erik Lamela anuncio su retiró: entre el dolor, la gratitud y una nueva etapa en el fútbol

Erik Lamela, el talentoso volante surgido de River Plate y con una destacada trayectoria internacional, anunció su retiro del fútbol profesional a los 33 años. La noticia, que sacudió al mundo deportivo este jueves, no solo sorprendió por la edad del jugador, sino por la crudeza y sinceridad de su relato. En una extensa carta publicada en sus redes sociales, Lamela compartió los motivos que lo llevaron a tomar esta decisión, revelando una lucha silenciosa contra el dolor físico que lo acompañó durante gran parte de su carrera.

Una carrera marcada por el talento y el sacrificio

Lamela debutó en River Plate en 2009, en medio de una etapa difícil para el club, y rápidamente llamó la atención por su técnica y visión de juego. Tras disputar 36 partidos y marcar cuatro goles, emigró a Europa, donde vistió las camisetas de la Roma, el Tottenham Hotspur, el Sevilla y finalmente el AEK Atenas. En cada equipo dejó huella, destacándose por su estilo elegante y su capacidad para desequilibrar en el último tercio del campo.

Pero detrás de los flashes y los elogios, Lamela enfrentaba una batalla personal. En 2017 fue operado de ambas caderas, una intervención que, según confesó, lo hizo temer por el fin prematuro de su carrera. Aunque logró recuperarse y extender su tiempo en el fútbol profesional, el dolor nunca desapareció.

“Hace 11 años comenzaron los problemas en mis caderas… En el 2017 fui operado de ambas, siendo la izquierda la más afectada. Pensé que podía ser el final de mi carrera y tenía 25 años.”

El precio de competir

En su carta, Lamela reveló que durante los últimos cinco años necesitó medicación constante para poder jugar. Lo que comenzó con dosis mínimas se convirtió en un régimen intenso de pastillas dos días antes de cada partido, todo con el objetivo de mantenerse competitivo.

“Hace 5 años que tomo pastillas cada partido para poder competir en mejores condiciones… Hoy decido ponerle fin a todo esto, hoy se termina todo este esfuerzo.”

El último año fue especialmente duro. Entrenaba en bicicleta y en el gimnasio, evitando el campo por el dolor. Agradeció públicamente a Matías Almeyda, su entrenador en AEK Atenas, por permitirle adaptarse a esa rutina y a sus compañeros por comprender su situación. Sin embargo, con la salida de Almeyda del club, las condiciones cambiaron y ambas partes decidieron rescindir el contrato de mutuo acuerdo.

Entre la tristeza y el alivio

Lamela expresó sentimientos encontrados: tristeza por dejar atrás la adrenalina de la competencia, pero también alivio por liberarse de la presión física y mental que implicaba jugar con dolor constante.

“Una parte de mí está triste porque ya no voy a jugar más profesionalmente… Otra parte de mí siente alivio, hoy me quito esa mochila tan pesada.”

Agradecimientos sinceros

El exvolante dedicó palabras emotivas a su familia, especialmente a su esposa, quien lo acompañó incluso en los momentos más difíciles, y a sus hijos, a quienes definió como sus “fans número uno”. También agradeció a su agente, Pablo Sabbag, a los fisioterapeutas, entrenadores y compañeros que lo apoyaron a lo largo de su carrera.

“Nada de todo lo que logré hubiese sido posible sin ustedes… A mi mujer incondicional, por haber estado durmiendo a mi lado en la cama del hospital incluso en mis peores momentos.”

🏆 Un legado que trasciende los goles

Lamela deja el fútbol con recuerdos imborrables: el Premio Puskas en 2021 por su gol de rabona con Tottenham, títulos con Sevilla, y una carrera que lo llevó a conocer culturas, religiones y países que jamás imaginó. Su paso por la Selección Argentina también lo posicionó como uno de los talentos más prometedores de su generación.

“Gracias al fútbol conocí distintos países, culturas, religiones… viví momentos que jamás hubiese imaginado.”

Un nuevo comienzo junto a Almeyda

Aunque se despide como jugador, Lamela no se aleja del fútbol. Se sumará al cuerpo técnico de Matías Almeyda en el Sevilla FC, iniciando una nueva etapa desde el banco, con la misma pasión que lo caracterizó en el campo.

Reflexión final

La carta de Erik Lamela no solo marca el fin de una carrera, sino también el inicio de una nueva narrativa: la de un deportista que, tras años de lucha y sacrificio, elige cuidar su salud y seguir vinculado al deporte desde otro rol. Su historia es un testimonio de resiliencia, amor por el fútbol y gratitud por todo lo vivido.

“Se termina este viaje que lo disfruté muchas veces y otras no tanto, pero sin duda el fútbol me enseñó a ser una persona más fuerte y a no bajar los brazos nunca.”

Compartir esta noticia:

Facebook
Twitter
LinkedIn
Pinterest