El Gran Premio de los Países Bajos 2025 quedará marcado como una de las jornadas más frustrantes para Franco Colapinto desde su llegada a la Fórmula 1. En una carrera caótica, con lluvia intermitente, múltiples neutralizaciones y abandonos inesperados, el piloto argentino demostró una vez más su talento al volante. Sin embargo, cuando todo indicaba que lograría sumar su primer punto en la máxima categoría, una serie de decisiones incomprensibles por parte del equipo Alpine y una actitud inexplicable de su compañero Pierre Gasly lo dejaron con las manos vacías.
Una carrera impredecible, un piloto brillante
Desde el inicio del fin de semana en Zandvoort, Colapinto mostró señales de que podía hacer algo especial. A bordo de un monoplaza que ha sido, hasta ahora, el más débil de la parrilla, logró clasificar en una posición modesta pero prometedora. Ya en carrera, supo capitalizar cada oportunidad: adelantamientos precisos, buena lectura de las condiciones cambiantes del clima y una estrategia de neumáticos que lo mantuvo competitivo.
Durante el primer tramo de la competencia, Colapinto se encontraba por delante de Gasly, habiéndolo superado en pista con autoridad. Sin embargo, Alpine le ordenó ceder la posición, bajo el argumento de que el francés tenía mejor ritmo. A regañadientes, el argentino obedeció, demostrando profesionalismo y compromiso con el equipo.
El momento clave: cuando Alpine falló
La carrera avanzaba y, tras el abandono de Lando Norris, se abrió una ventana para que Colapinto pudiera luchar por el décimo puesto, el último que otorga puntos. Con neumáticos blandos y un ritmo claramente superior, se encontraba detrás de Gasly, quien rodaba con gomas duras y sin adherencia. En lugar de facilitar el paso, el francés se convirtió en un obstáculo.
Durante más de media vuelta, Gasly defendió su posición de manera absurda, ignorando los pedidos por radio de Colapinto: “¡Díganle que me deje pasar!”, gritó el argentino, visiblemente frustrado. Mientras tanto, Esteban Ocon (Haas), quien estaba justo por delante, aprovechó para escaparse. Cuando finalmente llegó la orden de Alpine para que Gasly se hiciera a un lado, ya era demasiado tarde.
Colapinto cruzó la meta en el puesto 11, a apenas cuatro décimas de Ocon. Una vuelta más, o una decisión más rápida del equipo, y el argentino habría sumado su primera unidad en la Fórmula 1.
Reacciones y consecuencias
La indignación no tardó en llegar. Colapinto, habitualmente mesurado, no pudo contener su enojo y soltó un exabrupto por radio: “La concha de la lora”. Más tarde, en zona mixta, fue claro: “Nos faltó hacer un mejor trabajo de equipo. Era bastante fácil hacerme sumar un punto hoy”.
Su representante, Jamie Campbell-Walter, también se expresó en redes sociales, apoyando al piloto y criticando la gestión de Flavio Briatore, jefe de Alpine, quien ha sido una figura polémica desde su llegada. Briatore, siempre dispuesto a hablar ante los micrófonos para presionar al argentino, esta vez guardó silencio.
Gasly, por su parte, evitó entrar en polémicas y se limitó a decir que su estrategia “no funcionó como esperaban”.
Lo que viene
Con este resultado, Colapinto sigue sin puntos en el campeonato, pero su actuación en Zandvoort fue una muestra contundente de su potencial. En un auto limitado, logró competir de igual a igual con pilotos de equipos superiores, y dejó claro que está listo para más.
La próxima cita será en Monza, donde el argentino buscará revancha. Pero más allá del resultado, lo que se necesita es una Alpine que lo respalde, que entienda que tiene en sus manos a un piloto capaz de marcar la diferencia. Porque talento no le falta. Lo que falta es gestión.
