El próximo miércoles 5 de noviembre a las 21.10, el estadio Juan Domingo Perón de Córdoba será el escenario de una final inédita en la Copa Argentina: Independiente Rivadavia de Mendoza y Argentinos Juniors se enfrentarán por el título y por un boleto directo a la Copa Libertadores 2026. Pero además, será la primera vez en la historia del certamen que se utilizará el sistema de asistencia por video (VAR), marcando un antes y un después en la organización del torneo.
El VAR debuta en la Copa Argentina
La AFA confirmó que Nicolás Ramírez será el árbitro principal del encuentro, acompañado por Adrián Delbarba y Walter Ferreyra como asistentes, Fabrizio Llobet como cuarto árbitro y Eduardo Lucero como quinto. El VAR estará a cargo de Héctor Paletta, con Pablo Dóvalo como AVAR.
Hasta ahora, el VAR solo se utilizaba en la Primera División, y su ausencia en la Copa Argentina se justificaba por cuestiones presupuestarias y de infraestructura. La implementación en esta final responde a una mejora en la logística y a la creciente exigencia de transparencia en instancias decisivas.
Ramírez, de buen presente en el Torneo Clausura, ya dirigió partidos de alto voltaje como los clásicos entre Racing e Independiente, San Lorenzo vs. Huracán, y la reciente final de la Primera Nacional, donde Gimnasia de Mendoza logró el ascenso en una definición por penales ante Deportivo Madryn.
Una final con historia y revancha
Ambos equipos llegan por caminos distintos pero con la misma ilusión. Argentinos Juniors rompió una racha de 40 años sin alcanzar una final nacional, tras haber sido eliminado en nueve ocasiones anteriores. Por su parte, Independiente Rivadavia vive un momento dorado: ascendió a Primera División en 2023 y ahora busca coronar su crecimiento con un título histórico.
El historial entre ambos favorece levemente a la Lepra mendocina, aunque los enfrentamientos han sido escasos y parejos. Ninguno de los dos ha ganado la Copa Argentina, por lo que el partido garantiza un nuevo campeón.
Más que un título: el pase a la Libertadores
Además del trofeo, el ganador se asegurará un lugar en la Copa Libertadores 2026, lo que agrega un condimento extra a una final que ya promete emociones fuertes. La sede elegida, el estadio de Instituto, cuenta con experiencia en partidos de alto impacto y ofrece una plaza neutral con buena capacidad y logística.
								
															






