En una tarde electrizante en el MetLife Stadium de New Jersey, París Saint-Germain ratificó su poderío internacional con una goleada contundente 4-0 sobre el Real Madrid, asegurando su pase a la final del Mundial de Clubes. El conjunto francés, campeón vigente de la Champions League, se exhibió con autoridad y talento frente a uno de los grandes del fútbol europeo.

Desde el primer minuto, el equipo dirigido por Luis Enrique impuso su ritmo y personalidad. La apertura del marcador llegó gracias a un inteligente movimiento de Fabián Ruiz, que definió con precisión tras una gran jugada colectiva. El mediocampista español repitió minutos después, aprovechando un error en la salida merengue para clavar el segundo tanto de los parisinos.
Con el control absoluto del juego, PSG amplió su ventaja mediante Ousmane Dembélé, que desbordó por derecha y definió cruzado ante la salida de Lunin. Ya en la segunda mitad, Gonçalo Ramos selló la goleada con una definición potente, desatando la algarabía de los miles de hinchas franceses presentes en suelo estadounidense.
Dominio táctico y despliegue ofensivo
La exhibición del PSG no se limitó al marcador. El equipo mostró cohesión táctica, presión alta y un fútbol vertical que ahogó cada intento de reacción del Real Madrid. Las figuras como Dembele, Vitinha y Fabian Ruiz fueron claves en el engranaje colectivo, mientras que Fabián se alzó como el hombre del partido por su doblete y liderazgo en el mediocampo.
Por su parte, el Real Madrid se vio superado en todas las líneas. El técnico Xavi Alonso apostó por nombres de peso como Bellingham, Vinicius y Mbappe, pero ninguno pudo torcer el rumbo frente a un PSG que hoy parece imparable.
Una final con aroma a Champions
El conjunto parisino enfrentará en la final al Chelsea de Enzo Fernández, que eliminó a Fluminense por 2-0 en la otra llave. El mediocampista argentino, ex River Plate, se perfila como uno de los protagonistas del esperado duelo, en el que los Blues buscarán el título ante un PSG sediento de gloria internacional.
La final se jugará este domingo en el mismo escenario de New Jersey, con todos los reflectores apuntando a un choque de estilos y talentos entre dos potencias del fútbol europeo.