Murió Miguel Ángel Russo: El fútbol argentino despide a un símbolo eterno

Este miércoles, cerca de las 19 horas, falleció Miguel Ángel Russo, histórico director técnico de Boca Juniors, a los 69 años. Su partida deja un vacío inmenso en el corazón del fútbol argentino. Rodeado por sus seres queridos en su hogar de la Capital Federal, Russo se despidió en paz. Sus restos serán velados en el hall central de La Bombonera, el estadio que tantas veces lo vio celebrar.

Su última aparición pública fue el 23 de septiembre, en una práctica del plantel en Boca Predio. En una imagen que recorrió las redes, se lo vio sonriente, abrazado por Juan Román Riquelme, presidente del club y uno de sus grandes admiradores.

Una vida dedicada al fútbol

Nacido en Valentín Alsina el 9 de abril de 1956, Russo fue un talentoso volante central que dedicó toda su carrera como jugador a Estudiantes de La Plata. Con 435 partidos y 11 goles entre 1975 y 1988, se convirtió en uno de los pocos «one-club-man» del fútbol mundial. Con el Pincha ganó el Metropolitano 1982 y el Nacional 1983, logros que lo llevaron a vestir la camiseta de la Selección Argentina en 17 ocasiones.

Como entrenador, su trayectoria fue igual de impresionante. Ascendió a Lanús en 1992 y a Estudiantes en 1995. Dirigió en Chile, España, México, Colombia, Paraguay y Perú, dejando huella en cada equipo. Su consagración llegó en 2007, cuando conquistó la Copa Libertadores con Boca, el último título continental del club hasta hoy.

También fue campeón con Vélez (Clausura 2005), Racing, Rosario Central y Millonarios, donde logró un bicampeonato en 2017 mientras atravesaba un tratamiento de quimioterapia. Su última gran alegría fue en 2023, al coronarse con Central en su quinto intento.

En su último ciclo en Boca, convocado por Riquelme en plena reconstrucción del club, Russo volvió a demostrar su temple. Ganó la Liga Profesional en un mano a mano con River y la Copa Diego Maradona durante la pandemia. Su despedida llegó tras la goleada 5-0 ante Newell’s, con el equipo en manos de sus asistentes Claudio Úbeda y Juvenal Rodríguez.

Miguel Ángel Russo se fue como vivió: abrazado a la pelota. Su legado trasciende los títulos. Fue maestro, líder, y sobre todo, un hombre de fútbol. Todo el país lo llora, y el deporte que tanto amó lo recordará por siempre.

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