El frío extremo se hace sentir con fuerza en gran parte del país, marcando temperaturas récord que afectan la rutina de millones de personas. Frente a este panorama, muchas familias recurren a estufas, braseros y otros métodos para calentar sus hogares. Sin embargo, su uso inadecuado puede convertirse en una amenaza silenciosa: el monóxido de carbono.
Cada invierno se reportan numerosas intoxicaciones —algunas fatales— por este gas tóxico que no tiene olor, color ni sabor. El riesgo surge especialmente del mal funcionamiento o la mala ventilación de artefactos como calefones, estufas y braseros.

¿Qué es el monóxido de carbono y por qué es tan peligroso?
- Es un gas venenoso que se genera por la combustión incompleta de gas, leña o carbón.
- Se lo llama el “asesino silencioso” porque no puede percibirse a través de los sentidos.
- Al inhalarlo, impide que el oxígeno llegue al cerebro y otros órganos vitales. En pocos minutos puede provocar desmayos, convulsiones e incluso la muerte.
Síntomas de intoxicación
Reconocer los síntomas a tiempo puede salvar vidas. Los más frecuentes son:
- Mareos
- Náuseas
- Dolor de cabeza
- Vómitos
- Somnolencia
- Confusión
- Pérdida de conciencia

Si se detecta alguno de estos síntomas, se debe ventilar el ambiente de inmediato, salir del lugar y llamar al 107 o al 911.
Las autoridades de salud insisten en que calefaccionar correctamente es una cuestión de responsabilidad, especialmente en contextos de frío extremo. Un ambiente cálido no debe poner en riesgo la vida.
¿Cómo prevenir intoxicaciones por monóxido de carbono?
Especialistas y organismos de salud recomiendan seguir estas medidas clave:
- Mantener ventilación cruzada permanente, incluso con una pequeña rendija abierta.
- No dormir nunca con braseros o estufas a gas sin tiro balanceado encendidos.
- Evitar usar hornallas u hornos para calentar el hogar.
- Hacer revisar anualmente los artefactos a gas por un gasista matriculado.
- Controlar que la llama de estufas y calefones sea siempre azul (nunca amarilla o anaranjada).
- Instalar detectores de monóxido de carbono, que son accesibles y fáciles de conseguir.

Estufas: recomendaciones para un uso seguro
Lo que sí se debe hacer:
- Usar estufas de tiro balanceado siempre que sea posible.
- Garantizar ventilación constante, aun en días de frío intenso.
- Realizar mantenimiento anual a los artefactos.
- Colocar detectores de monóxido, en lo posible.
Lo que no se debe hacer:
- No usar hornos ni hornallas como calefacción.
- No bloquear rejillas de ventilación.
- No dormir con braseros, estufas a gas o querosén encendidas sin tiro balanceado.
- No improvisar con artefactos caseros.