La Confederación de Sindicatos Industriales de la República Argentina (CSIRA) presentó un informe que refleja un deterioro sostenido del empleo, la producción y la inversión en el sector manufacturero y actividades relacionadas. El relevamiento —respondido por el 75% de los 36 sindicatos que integran la entidad— confirma un escenario crítico que afecta tanto a empresas como a trabajadores.
En su último congreso nacional, celebrado el 3 de diciembre, la central ya había advertido sobre un posible “industricidio”. Los nuevos datos profundizan esa preocupación: entre noviembre de 2023 y agosto de 2025, el país perdió 138.573 empleos asalariados privados, de los cuales 42.406 corresponden a la industria manufacturera, según cifras del SIPA incluidas en el documento.
La situación es aún más grave si se suman los sectores de minería y construcción, donde la caída total llega a 111.747 puestos de trabajo.
Un panorama que empeora
Más del 75% de los sindicatos consultados afirmó que la situación general empeoró respecto del trimestre anterior. Lo mismo se observó en ventas, producción y uso de la capacidad instalada, con retrocesos en más de la mitad de los casos.
Las exportaciones también cayeron, afectando al 62,5% de las actividades relevadas, el doble que en agosto de 2025. Las inversiones no mostraron recuperación.
En el frente laboral, el informe registra un aumento en adelantos de vacaciones (54,1%), retiros voluntarios (50%), jubilaciones anticipadas (41,7%), además de altos niveles de reducción de horas extra, suspensiones y despidos, estos últimos presentes en el 58,3% de los gremios.
La negociación salarial continúa marcada por una fuerte fragmentación: los acuerdos paritarios se discuten con periodicidad mensual, bimestral, trimestral o cuatrimestral. Un tercio de los sindicatos reconoce que los aumentos quedaron por debajo de la inflación, mientras que solo el 4% logró superarla. Las dificultades más mencionadas son la falta de previsibilidad económica, las demoras en la homologación y la resistencia empresaria.
Perspectivas preocupantes
El pronóstico para los próximos meses es negativo: el 86,4% de los sindicatos prevé un empeoramiento general sin expectativas de mejora. Entre los factores señalados se encuentran la caída del poder adquisitivo, la apertura importadora, el acuerdo con el FMI, la baja de exportaciones y un contexto político que, según la mayoría, no modificará el rumbo económico actual.
La CSIRA advierte que la combinación de pérdida de empleo, retroceso productivo, estancamiento salarial y un horizonte incierto pone en riesgo la continuidad de la actividad industrial en diversas regiones del país.
