En un partido de la Sub 15 entre San Martín y Juventud Unida de La Falda, ocurrió uno de esos momentos que nos recuerdan el verdadero espíritu del deporte. Joaquín, un joven de San Antonio que vive con parálisis cerebral y distonía, ocupó el lugar que siempre le perteneció en la cancha: el de un jugador más, con el mismo derecho a soñar y a brillar que cualquier otro.
El emocionante instante llegó cuando un pequeño futbolista de Juventud decidió avanzar con el balón y, en lugar de buscar el gol para su equipo, se la pasó a Joaquín, quien pudo marcar y festejar como un verdadero campeón. La escena fue un recordatorio de que el fútbol es mucho más que un marcador; es una oportunidad para unir, incluir y compartir la alegría.
Joaquín participa en un taller en su escuela, donde practica deportes con la misma pasión que cualquier otro chico, y su sonrisa al celebrar el gol es un reflejo de sus ganas de vivir y superarse. Los chicos de Juventud y San Martín dieron una lección de vida que va mucho más allá del resultado del partido: entendieron que, con pequeños gestos, podemos cambiar el día, y quizás hasta la vida, de alguien más.